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El movimiento artístico Bauhaus (que significa 'la casa de la construcción'), creado en 1919 en Weimar, Alemania, es una escuela de arte y diseño fundada por un grupo de artistas visionarios, incluyendo a Walter Gropius, Paul Klee, Wassily Kandinsky y Ludwig Mies van der Rohe. La Bauhaus buscaba unificar las artes aplicadas y las bellas artes, promoviendo un enfoque holístico de la creación artística. La Bauhaus se trasladó sucesivamente a Dessau y a Berlín durante sus 14 años de existencia. Su objetivo era reunir la artesanía tradicional y las técnicas industriales para crear obras de arte funcionales, estéticas e innovadoras. Los artistas de la Bauhaus exploraron nuevas formas, líneas limpias, colores vibrantes y una estética geométrica, influenciando la arquitectura, el diseño, la pintura y la escultura. La Bauhaus también otorgó gran importancia a la educación, fomentando un enfoque experimental y colaborativo. Los estudiantes se beneficiaron de un currículo integral que les permitió explorar diversas disciplinas artísticas, incluyendo trabajo de la madera, cerámica, fotografía, tejido y tipografía. Este enfoque interdisciplinario dio lugar a una nueva generación de artistas y diseñadores innovadores que contribuyeron a dar forma al paisaje artístico y cultural del siglo XX.
Paul KLEE
Pintor alemán, nacido y muerto en Suiza (1879-1940)
Siendo de lo abstracto, pero menos teórico que Kandinsky, se inscribió más en una búsqueda del ritmo (era también músico) y de los colores (como Robert Delaunay)Dejando un lugar muy importante a lo irracional, al sueño.
Su recorrido no puede dividirse en períodos, ya que Klee ha navegado durante toda su vida, en un espacio personal, recorriéndolo a su manera, volviendo a sus comienzos para alejarse de nuevo, ganando en cada paso, en densidad y profundidad.
Los últimos años, cuando se sabía condenado por la enfermedad, han sido más oscuros y más obsesivos. Habiendo acompañado la Bauhaus, forma parte del Blaue Reiter, llevaba sobre todo, después de su salida de Alemania, el peso de la traición. Esta patria suya lo había ensuciado, arrastrado en aquel barro innombrable de "El arte degenerado", y lo había, en cierto modo, amputado de una parte de sí mismo; de su identidad de hombre y de pintor.
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